El enunciado publicitario se inicia con la conjugación del verbo
ser, pero le falta la tilde diacrítica. Debió decir
Sé.
En la parte final de la publicidad, los lectores nos vemos expuestos a la expresión
Hipotecaro. La omisión de la vocal
i coincide con un posible mensaje subliminal, el cual la entidad bancaria no debería ni sugerir por el bien de sus intereses financieros.
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